¿Por qué mucha gente no ahorra? Habrá miles de razones, pero a grandes rasgos se pueden resumir en tres: porque no quiere, porque no tiene dinero suficiente o porque, aún con recursos, no tiene disciplina para ahorrar. El tercer grupo es el que nos ocupa en este artículo, en el que nos referimos a un producto bancario que puede ayudar a contrarrestar esta limitación específicamente. Hablamos de las cuentas de ahorro programado.
¿Qué son? Se trata de cuentas en las que te comprometes a hacer depósitos regulares por un monto específico. Se distinguen de las cuentas de ahorro comunes en que la mayoría de las entidades ofrecen una tasa de retorno ligeramente mayor, con el fin de estimular el ahorro de los usuarios.
En el mercado dominicano las hay de distintas modalidades. Algunos bancos las conciben similares al tradicional método de ahorro conocido como san. En estos casos, al momento de abrir la cuenta, el usuario o la usuaria define el monto que quiere ahorrar, en qué tiempo lo hará y la periodicidad y valor de las cuotas o aportes. Es decir, que puedes ir al banco y decirle, por ejemplo, que quieres ahorrar 50 mil pesos en 10 meses, haciendo aportes quincenales de 2,500 pesos. Tanto el monto como la periodicidad con que se alimenta la cuenta son elección exclusivamente del usuario financiero.
Estas cuentas no tienen que estar necesariamente asociadas a otros productos en la misma entidad. Los depósitos se pueden hacer de manera presencial, por ventanilla, o a través de transferencias electrónicas desde otras cuentas bancarias. ¿Qué ocurre si el usuario falla en su calendario de depósitos? Siempre puede ponerse al día un poco más tarde. Pero si el incumplimiento es constante y sistemático, la única consecuencia es que no cumplirá su meta de ahorro. Digamos que pierde el juego. Su cuenta se convierte en una cuenta de ahorros común y corriente (que, ojo, no es lo mismo que una cuenta corriente 😉).
La segunda modalidad incorpora más “medidas de seguridad”: la constituyen las cuentas de ahorro programado no transaccionales. Son cuentas enlazadas a una cuenta principal transaccional del mismo banco y del mismo titular. Pero ¿qué significa cuenta no transaccional? Simple: es una cuenta desde la que no puedes hacer retiros directos ni depósitos hacia otras cuentas distintas a aquella a la que esta está enlazada. Es decir, estas cuentas son más cerradas, solo permiten transacciones hacia su cuenta principal.
Las entidades determinan una cantidad máxima de retiros permitidos por mes desde esta cuenta de manera gratuita, siempre a través de la cuenta transaccional asociada. A partir de ahí el titular puede canalizar otros retiros, pero pagando una comisión o penalidad (RD$250 en una entidad consultada). La lógica tras este cargo es disuadir al usuario ante la tentación de retirar el ahorro, o dicho en otras palabras, protegerlo de su propia indisciplina para ayudarle a lograr la meta de ahorro.
También en estas cuentas el ahorrante define el monto y la periodicidad con que quiere programar el ahorro y puede mantenerlo por tiempo indefinido. A diferencia de las cuentas tipo san, en esta modalidad los desvíos desde la cuenta principal a la cuenta de ahorro programado se realizan siempre de manera automática. Por ejemplo: autorizas la transferencia de 10,000 pesos el día primero de cada mes hacia tu cuenta de ahorro programado, y el sistema la realiza automáticamente. No tienes que ir al banco ni estar pendiente de que tal día debes hacer la transacción.
¿Qué pasa si no hay dinero suficiente en la cuenta principal el día en que corresponde hacer el ahorro programado? En un banco consultado nos explican que el sistema no se rinde tan fácilmente, y volverá a intentar hacer la transferencia al día siguiente, y al siguiente, hasta conseguir su objetivo. Sin embargo esto puede variar dependiendo de las políticas particulares de cada entidad.
En general, otra ventaja de las cuentas de ahorro programado es que no tienen costos administrativos o son muy reducidos. Si te animas a utilizar este mecanismo para ir afianzado tu cultura del ahorro, pídele información al respecto a tu banco.
Te dejamos una última recomendación: sé prudente a la hora de fijar el monto y la periodicidad que puedes ahorrar, no seas muy conservador/a, pero tampoco excesivamente optimista. Trabajar con las medidas adecuadas de tu bolsillo ayudará que la iniciativa sea sostenible y exitosa.