Aquí algunas pautas a tomar en cuenta para que ese préstamo personal que piensas tomar sea una movida exitosa para tus finanzas.
Un préstamo personal no es un premio, ni un juego; es una responsabilidad que te va tomar tiempo. Y luego que firmas, entonces debes pagar.
Por lo que es necesario que partas de un propósito definido. Que te digas a ti mismo(a): “voy a tomar un préstamo para mi vehículo” o “voy a tomar un préstamo para adquirir los muebles de la casa”. Estos objetivos deben definir la razón de ser del mismo.
Tómate un tiempecito y analiza tu realidad financiera en términos de tu capacidad de pago. Es decir, calcula si tienes el dinero disponible para responder a este nuevo compromiso mensual, y cómo afectará tu flujo de efectivo.
Para esto divides tus ingresos entre tus gastos, si el número es mayor que 1, significa que tienes disponibilidad. Si es así, considera si es suficiente. No llegues al límite que te impida ahorrar.
De lo contrario reconsidera tomar el préstamo. Recuerda que esto afecta tu score de crédito, y debes cuidarla.
En el mercado bancario existen diferentes opciones de préstamos personales, y tienes que encontrar no solo el que te ofrezca mejores tasas, sino el que se ajuste al tiempo que piensas emplear en esto.
Imagínate tomando un préstamo para un microondas, y que lo hagas a 5 años. Aunque lo hagas a una tasa menor, por el hecho de durar tanto tiempo, se te puede encarecer el préstamo. Por lo tanto “ojo pelao” con los plazos extendidos.
Sé prudente y manéjate en función de condiciones que te favorezcan conforme a lo que vas a adquirir.
Todo va a depender de para qué lo quieras, pero en esencia, las líneas de créditos se destinan a negocios.
El préstamo personal te permiten amortizar la deuda en el tiempo. Mientras que la línea de crédito, en esencia, vas pagando los intereses y no el capital. Además de que el préstamo personal te ayuda a aumentar tu score de crédito siempre y cuando lo sepas manejar correctamente.
Dentro del contexto de los préstamos, tomarlos por el total que necesitas es una movida delicada, porque puedes exceder tu capacidad de pago ya que no tienes nada de respaldo. Lo ideal es que hagas una combinación de tus ahorros con el monto que necesitas.
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Por último, ten un “clavito” guardado por ahí. Todos somos sujetos a eventualidades en donde nos vemos sin liquidez.
Por lo tanto “cúrate en salud” y crea un fondo que cubra, al menos, 3 meses de cuota; así te auto-aseguras con las mensualidades del préstamo.
Tu PRIMERA inversión es el fondo de emergencia, ¿cómo construirlo?
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