En los últimos dos meses la tasa de interés de política monetaria ha bajado del 5.5% anual al 4.75% anual.
Estos cambios se producen por disposición del Banco Central de la República Dominicana y son resultado de una decisión de política monetaria que procura reducir el precio del dinero para estimular el consumo y las inversiones en otros mercados. En otras palabras, pretende que los agentes económicos se vean más estimulados a gastar o invertir que a ahorrar. ¿Con qué objetivo? Para que la economía crezca más.
A ti, ¿cómo te afecta esto? ¿Significa que las entidades te van a prestar a esta tasa o te van a pagar a esta tasa por tus certificados a plazo? No, pero ha de esperarse que en los próximos meses esta decisión del Banco Central se refleje en el mercado.
La tasa de política monetaria es una referencia a partir de la cual los bancos múltiples y asociaciones de ahorros y préstamos definen el rumbo de sus tasas activas (a las que prestan) y pasivas (las que pagan por los depósitos). Es decir, no es la tasa a la que prestan o a la que pagan, sino un valor que sirve de referencia para definirlas.
De este modo, cuando la tasa de política monetaria baja, se espera que las tasas pasivas y activas de los bancos tiendan a bajar.
Estas son buenas coyunturas para tomar créditos, puesto que tendrán un menor costo por concepto de interés. Para el ahorro o las inversiones financieras, en cambio, hay menos estímulo, debido a que bajan los niveles de rendimiento o ganancia.
La teoría económica explica que esto motiva a los agentes económicos a gastar más, a tomar prestado para emprender nuevos proyectos, etc., aumentando la demanda agregada y el consecuente crecimiento de la economía.
El repunte de la demanda y del precio del dinero han de influir en un incremento de precios o mayor nivel de inflación.
Si estuviéramos en un escenario contrario (alza en las tasas de interés de política monetaria), los efectos esperados serían los opuestos: aumento en el costo del dinero, en el rendimiento en las inversiones financieras y en la inflación.
Ahora bien, ¿por qué querría el Banco Central aumentar el costo del dinero y la inflación? La respuesta es simple: para evitar que la economía deje de crecer o para acelerar el ritmo a que lo hace. Las autoridades consideran que los niveles de inflación actuales son tan reducidos que, desde la perspectiva macroeconómica, constituyen más un riesgo que una virtud.