La tasa de interés se define como el precio que tiene el dinero, es decir, lo que tendrías que pagar por recibir un préstamo o lo que tendrían que pagarte a ti por otorgarlo. Se expresa como un porcentaje y, habitualmente, en términos anuales. Ahora bien, ¿quién fija la tasa y cuáles factores la determinan? La respuesta puede ser muy amplia, y hasta complicada. Para los fines de este artículo, citamos solo los aspectos más importantes.
Algunos de ellos se definen en función de tus propias características como cliente de la banca y de las condiciones de la entidad con la que estás relacionado/a. También hay factores del clima macroeconómico y decisiones tomadas expresamente por las autoridades en coyunturas específicas que pueden impactar el interés de los préstamos o el rendimiento del ahorro.
Tu nivel de riesgo
Es un indicador clave. Una empresa o persona representa un nivel de riesgo alto, por ejemplo, cuando está en dificultades financieras y/o ha tenido inconvenientes para hacer pagos que afectan su historial y su score crediticio. También podría ser por razones de edad, si el préstamo es a largo plazo, como suelen ser los hipotecarios. Cuando representes mayor riesgo, las entidades te prestarán a un mayor costo, y viceversa.
Plazos
El precio del dinero también depende de la naturaleza de los productos financieros. En el caso de los créditos, se espera que los que suponen compromisos a largo plazo tiendan a tener tasas de interés menores que los de vida corta. Eso explica que un crédito de consumo con una vida de dos años tienda a tener tasas más elevadas que uno para vehículos por cinco años y, este, a su vez, tendría mayor costo relativo que uno para vivienda a 20 años. En el caso del ahorro ocurre lo opuesto: si abres un certificado a largo plazo tu tasa de retorno tiende a ser mayor que si lo abres a corto plazo.
La demanda
En un escenario de mucho dinamismo económico se espera que la demanda de crédito aumente, debido a que las personas y empresas tienen mejores proyecciones y se animan a implementar nuevos proyectos que requieren de financiamiento. En este escenario, las entidades financieras negocian desde una mejor posición y tienen margen para aumentar sus tasas. En conclusión, una alta demanda de crédito incide en el aumento del precio del dinero.
Liquidez bancaria
Aquí se manifiesta la otra cara de la llamada ley de la oferta y la demanda. Cuando las entidades tienen mucha liquidez o dinero ocioso, si la demanda de crédito no es muy dinámica, pueden tomar la resolución de bajar las tasas para estimular el crédito. Como las tasas pasivas (las que pagan por el dinero captado) y las activas (la que cobran por el dinero prestado) se mueven en el mismo sentido, a la vez se está desestimulando el ahorro.
La inflación
¿Por qué la inflación incide en las tasas de interés o retorno? Pues fácil, la teoría económica nos dice que un aumento en la inflación o el nivel general de los precios tiende a provocar un comportamiento similar en el costo del dinero. Esto se explica porque el dinero empieza a perder valor y las entidades financieras y prestamistas se ven compelidos a elevar las tasas para poder compensar. Es lo mismo que haría un panadero: subir los precios del pan ante un aumento en el precio de los insumos para su elaboración.
El tipo de cambio
Expliquemos esto con un ejemplo: si el peso dominicano empieza a perder valor con respecto al dólar de manera acelerada es muy probable que las autoridades enfrenten la situación estimulando un aumento en las tasas de interés. La lógica de esto es que una tasa de interés alta atraería a muchos inversionistas interesados en aprovecharla, y traerían dólares al mercado local. En la medida en que lleguen más dólares, el peso tenderá a apreciarse, conforme establece la ley de la oferta y la demanda. De este modo, un incremento en las tasas de interés ayudaría a evitar un alza en el tipo de cambio de la moneda local.
Vale preguntarse cómo las autoridades incrementarían las tasas de interés. La Junta Monetaria puede hacerlo autorizando un aumento en la tasa de política monetaria, que si bien no fija los precios del mercado, es un indicador de referencia con gran potencial de impacto.
Riesgo país
El mismo concepto del riesgo de las empresas y las personas se aplica para los países. El riesgo del país y las tasas de interés están intrínsecamente asociados, pues mientras más riesgoso es invertir en una economía, mayor es la tasa de retorno esperada por los inversionistas. Si el Estado paga un interés alto a sus acreedores, nacionales y extranjeros, se podría esperar que el resto del sistema financiero se vea estimulado a hacer lo mismo para ser más competitivo.