Se ha hecho costumbre en República Dominicana el despliegue publicitario de promociones con motivo de Black Friday o Viernes Negro, cada noviembre. Se trata de una festividad de consumo que, si bien se inició hace relativamente poco, parece que ha llegado al país para quedarse.
Cada noviembre, los establecimientos comerciales aprovechan para rotar sus inventarios, aplicando rebajas y fórmulas mercadológicas que despiertan nuestro apetito de compras.
Muchos ahorran y se preparan para hacer consumos importantes en esta temporada. Otros no se planifica tanto: compran dirigidos más por la emoción de llegar a las tiendas o ver las ofertas que por tener necesidades reales.
En ambos casos los consumidores podemos incurrir en “pecados financieros” al adquirir supuestas ofertas que, vistas con detenimiento, no representan una verdadera oportunidad de ahorro.
Cuatro ofertas de Black Friday que debes pensar muchas veces:
Falsos descuentos
En caso de que no hayas planificado esa compra y estés monitoreando los precios, ¿cómo puedes verificar que realmente estás ante una buena oportunidad con respecto al precio real del producto? Recuerda que algunos establecimientos, sencillamente pueden inflar el precio anterior y fingir que están haciendo una gran rebaja.
Ojo con los créditos
Es común que muchas instituciones financieras hagan promociones con préstamos a tasas atractivas e, inclusive, promuevan préstamos a una tasa 0% de interés, los cuales, si bien pueden ser tan reales como se escuchan, siguen conllevando el pago de gastos de cierre y otros cargos que establezcan las entidades. Es decir, estos préstamos pueden tener 0% de interés, pero no de costo.
Las preguntas que debes hacerte son: ¿realmente necesitas el crédito?, ¿estarás en condiciones de pagar esas cuotas sin que te generen estrés? Por más barato que haya sido, un préstamo tomado de manera irresponsable tendrá consecuencias indeseadas en tu tranquilidad y tu salud financiera.
Otras atracciones de este tipo pueden ser las comisiones free por uso del crédito diferido asociado a las tarjetas de crédito. Son promociones reales, desde luego. Algunas entidades descargan a sus tarjetahabientes del pago de comisiones por desembolsar estos créditos para hacer compras en Black Friday. En cambio, suponen una tasa de financiamiento que promedia el 30% anual, muy por encima de la tasa del préstamo de consumo promedio. Piensa lo siguiente: ¿de verdad es tan urgente ese artículo o servicio por el que estás dispuesto a pagar esa tasa de interés? Pondera su nivel de prioridad.
Adquirir tarjetas por aprovechar ofertas
Están de moda las tarjetas que permiten disfrutar de mayores ventajas al consumir determinados productos o servicios (como el gimnasio, por ejemplo) o en un establecimiento en particular. Podría ser buena idea, pero si aceptas todos los plásticos con promociones atractivas puedes terminar en problemas. ¿Tiene sentido tener tantos créditos plásticos como ofertas quieras aprovechar?
La verdad, no mucho. De hecho, es un riesgo. Tener más tarjetas de crédito de las que puedes manejar afectará tu salud financiera.
Las estafas que son obvias
¿Ves un artículo a un precio exageradamente barato comparado con su precio original? Probablemente, sea algún tipo de estafa: posiblemente el artículo está defectuoso o, si es por internet, el vendedor no tiene planes de enviarte el producto. Si bien es cierto que gigantes del comercio electrónico como Amazon o Ebay tienen una política de protección al usuario tan sólida que te reponen el dinero que pierdas, en otras plataformas quizá no te ofrezcan tanta garantías. Como no tendrás a quién reclamarle, mejor no te arriesgues a perder tu dinero.
En conclusión, si ves una oferta increíble, ten en cuenta que sólo es conveniente si el producto está en buen estado y los canales de compra son confiables.